Proceso histórico de las lenguas indígenas a partir del análisis del contexto que ha provocado su desplazamiento

El desplazamiento lingüístico es uno de los estados anteriores a la muerte de una lengua; esta problemática ha sido estudiada por disciplinas como la sociolingüística o la sociología del lenguaje, sin embargo, estas aproximaciones se han limitado a hacer inventarios de hablantes o de lenguas vivas, en amenaza o extintas, y no han trascendido lo suficiente en lo que respecta al análisis de las causas del desplazamiento o la muerte de las lenguas, mucho menos en su revitalización o mantenimiento, puesto que su interés, por lo general, ha quedado reducido al dato cuantitativo.

El desplazamiento lingüístico siempre tiene las siguientes características: primero, dos lenguas, por lo menos, están en contacto; segundo, miembros de distintas generaciones en uno o más grupos domésticos exhiben diferentes grados de dominio de las lenguas en contacto; y, por último, hay una asociación entre generaciones y rangos específicos del dominio de cada lengua.

Por otro lado, las razones sociales que propician el desplazamiento son complejas. Se considera que hay desplazamiento sólo cuando una lengua sustituye a otra en el papel comunicativo de la socialización primaria dentro de una población de hablantes. Es decir que la continuidad biológica y residencial del grupo se mantiene intacta; sólo hay cambios significativos en su reproducción social.

México es un país que cuenta con una gran riqueza cultural y lingüística; sin embargo, los idiomas indígenas están en riesgo de desaparecer debido a ciertos factores que provocan su desplazamiento por el español. En el 2003 se publicó la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas (LGDLPI), cuyo objetivo es preservar y desarrollar sus lenguas. En este artículo se analiza la situación de las lenguas indígenas en su contexto social: por una parte, se cuenta con una ley a su favor, pero por otra, sus hablantes cotidianamente son sujetos de discriminación.

De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda que realizó en 2010 el Instituto Nacional de Geografía y  Estadística  (INEGI), en México, 6.695.228 personas de cinco años y más hablan alguna de las 89 “lenguas autóctonas” (sic), y representan el 6,8% de la población del país. Cerca del 85% de los hablantes son bilingües (lengua indígena-español) y el resto, monolingües en idioma indígena. Los grupos de edad con el mayor número de estos últimos son los niños de cinco a nueve años (36,9%) y los ancianos de 65 años y más (23%).

En lo que toca a la legislación en torno a los pueblos indígenas, en 2001 se reformó al artículo segundo de la Constitución Política  de  los  Estados  Unidos  Mexicanos

(CPEUM) y se señala que la nación “tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas”; también, “se reconoce y garantiza el derecho de los pueblos y comunidades indígenas a la libre determinación y, en consecuencia, a la autonomía”; además, con el fin de “promover la igualdad de oportunidades de los indígenas y eliminar cualquier práctica discriminatoria”, la Federación, los Estados y los Municipios “establecerán instituciones y determinarán las políticas necesarias para garantizar la vigencia de los derechos de los indígenas”.


En el desplazamiento de las lenguas indígenas por el español, se observa que la coexistencia de los idiomas está marcada por fronteras étnicas y de clase; por tanto, se presenta una relación de diferencias donde a uno se le considera superior y a los demás inferiores. Además, se ha desarrollado una teoría del estigma por medio  de la cual se construye una ideología que prueba la inferioridad de las lenguas.


La condición  de  las  lenguas  indígenas de  México es  de minorizadas  y la de sus hablantes, de discriminación. El español se impuso como lengua de prestigio desde la época colonial y ha ido desplazando y extinguiendo los idiomas amerindios. La investigación sociolingüística actual ha dado cuenta de esta situación y de los factores que la han propiciado: pérdida de espacios y funciones comunicativos, el oropel del ascenso social y económico por el único hecho de aprender castellano y, sobre todo, la presión ejercida para la  desculturización  por  medio de la estigmatización en la sociedad.

La lengua en mayor riesgo es el aguacateco (originario del municipio de Aguacatán, Guatemala, que se habla en México debido a la migración), con sólo 23 hablantes. El kiliwa sólo lo hablan 52 personas dispersas en distintos poblados de Baja California, y el ixil, lengua que pertenece a la familia maya, pervive en 90 personas de Campeche y Quintana Roo.

Cuando se abandona la lengua propia, concluye la transmisión de esta última, ya que no se enseñará más a las generaciones siguientes porque, además de que  piensa  que  no es importante, necesaria ni tiene valor para el futuro, se considera que puede ser un obstáculo; es decir, hablar un idioma que tiene un estigma negativo marca en la sociedad donde se quiere integrar plenamente.







Notimex. 2010. Zócalo. Saltillo México. Recuperado de: http://www.zocalo.com.mx/new_site/articulo/hay-muchas-causas-del-desplazamiento-de-las-lenguas-indigenas

ISSN 1657-7531. Revista Interacción Vol. 12. Octubre 2012-2013. págs. 169-189 Universidad Libre. Facultad de Ciencias de la Educación recuperado de: http://www.unilibre.edu.co/revistainteraccion/volumen12/art12.pdf

https://www.milenio.com/cultura/mayoria-lenguas-indigenas-mexico-riesgo-desaparecer

https://www.researchgate.net/publication/278967626_Las_lenguas_indigenas_en_el_Mexico_de_hoy_Realidad_y_politica_linguisticas

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